Naitafón es la muestra de la artista Pilar Moreno inaugurada
el pasado 20 de noviembre 2015 y que permanecerá abierta hasta febrero de 2016,
en el Museo de Arte y Diseño Contemporáneo (MADC), en salas 3 y 4; exhibición
de pinturas, collages, dibujos, ilustraciones, video y acción del público,
curada por María José Chavarría, y contó con el apoyo del Centro Cultural de España en Costa
Rica.
Pilar Moreno. Naitafón, 2015. Foto cortesía del MADC, crédito Nicole Alpízar.
Acercarse a lo expuesto
Como se lee en un comunicado de prensa divulgado por el MADC,
se trata de un “collage de identidad y construcciones sociales y políticas”,
que avistan hacia la territorialidad urbana de Panamá, capital de la vecina República
de Panamá, donde reside esta artista española; de ahí proviene el título de la propuesta:
“night of fun”, frase muy utilizada en ese país cuando se experimenta una noche
de diversión. Al intentar comprender las intenciones de lo exhibido, me permití
colectar primero algunos anclajes, percepciones que marcaron paso a paso el
andamiaje para mi propia interpretación, lo que advierto y se vuelve activador para
comprender la propuesta.
Pilar Moreno. Naitafón, 2015. Foto cortesía del MADC, crédito Nicole Alpízar.
Drama del día a día
El cotidiano es un teatro –pensé desde el inicio-, dentro
del cual pervive lo (in)congruente, donde asumimos roles que van de lo absurdo
a una realidad donde nadie se vale por sí mismo, en esta sociedad todos nos necesitamos
uno del otro, como la ciudad misma es un espacio de máxima intensidad humana.
En ese juego de antagonismos, reflexioné acerca del sitio donde cuecen nuestras
identidades, lo femenino y discursos de género, de mayorías y minorías; subimos
a esos escenarios para descubrirnos, para reinterpretar, reinventar y visualizarnos
bajo esas caretas histriónicas que disertan con sus gestos y lenguaje definido
para impactarnos y sumarnos a los cuestionamientos que enmarca esta artista.
Para mi libre interpretación de lo visto, la idea de la muestra es de “paso”,
de coyuntura a atravesar, de guerreo existencial para dilucidar significados
ante lo experimentado en dicho tránsito tan particular. Pienso que más que “una noche
divertida” implica pelea, cuadrilátero, arena.
Pilar Moreno. Naitafón, 2015. Foto cortesía del MADC, crédito Nicole Alpízar.
Calidad y cantidad de vivencias
Al deambular por las salas del MADC retornaba a mi conciencia
la misma percepción: La vida es un collage tridimensional de situaciones que a
veces sostienen largas transiciones donde nos miramos inmersos dentro de esa
visión anecdótica, al interno del texto de dicha narrativa, pero en otras se
tensan drásticamente como pasar del blanco al negro. Nos dejamos engullir por
esos escenarios para la reflexión del significado de dicho estado del conocimiento
de sí mismos, que enmarcamos para no olvidar, cada vez que revisemos esa
retrospectiva vivencial.
Pilar Moreno. Naitafón, 2015. Foto cortesía del MADC, crédito Nicole Alpízar.
Pilar Moreno. Naitafón, 2015. Foto cortesía del MADC, crédito Dominique Ratton.
Afectaciones de lo incierto
Al desplazarnos en el espacio del museo, advertí un cúmulo
de murmuraciones cercanas al oído, provenientes de cada una de las piezas
exhibidas en la penumbra de las salas, de sus personajes individuos mudos o
ruidosos, de sus entornos basureros o jardines los cuales emergen entre las
resonancias y visualidad de la urbe contemporánea, una como Panamá, la cual
crece afanosamente sobre el horizonte, tal vez esperanzador como el árbol del
guayacán al cual le dedica uno de esos collages, o –siguiendo el juego de
oposiciones-, diría que descorazonado.
Pilar Moreno. Naitafón, 2015. Foto cortesía del MADC, crédito Dominique Ratton.
Para concluir diría que eso es lo que me encanta del arte
contemporáneo: el desafío inminente que nos antepone, la lucha que promete el
deseo de descifrar sus enigmas al entrar a las salas desguarnecidos y de
inmediato proponerse a enfrentar al ignoto adversario, para emerger airosos, sabiendo
cómo adelantar sus posibles movidas en el ajedrez del cotidiano. Si espero que
lo visto me lo diga todo, saldré igual que como entré sin darme la oportunidad
de especular el sentido de lo visto en mi propia indagación. Así es la
dramaturgia de la existencia, el collage delirio del vivir actual.
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