El arte de hoy está compuesto de una amplia diversidad de
matices expresivos y técnicos: hay quien pinta retratos y cuerpos desnudos;
otros ensamblan con materiales alternativos o tallan en piedra o madera; hay
quienes instalan un inventario de objetos que guardan un significado y que al
exponerlos regeneran la memoria y nuestra naturaleza, de lo que somos hechos;
otros hacen grabados, fotografías, videos, dibujos, amplían la experimentación
con técnicas mixtas. Todos esos matices son fundamentales para el arte en tanto
lo conforman, un solo componente de dicho sistema del arte que desaparezca lo
resentiríamos, pues son la manifestación y memoria de estos tiempos actuales.
Irvin González, pinturas de caballos, 2015.
Irvin González y Gabriel Riggioni
Pertenecen a esa esfera
del arte, trabajan con intensidad cada uno con sus técnicas de elaboración y
sus recursos estilísticos, pero aunados por la pasión que tienen por el mundo
animal: Gonzáles pinta caballos, sus caballos, sumidos en atmósferas cromáticas
y riquezas de texturas, tratando de captar el gesto bravío de sus corceles;
Riggione en cambio pinta vacas, como si fueran un símbolo a ensayar en diversas
situaciones con sus claves de color, signos y tratamientos, que de alguna
manera evocan al Pop, cuando el arte fue bajado de los pedestales para ponerlo
a la altura y medida de todas y todos.
Gabriel Riggioni, pinturas de vacas 2015.
Ambos artistas exhiben en la Galería G&V en San Rafael
de Escazú, un nuevo espacio para decantar esas distintas visiones y lenguajes del
arte que pueblan la actualidad, que encuentran otros significados en la medida
que nuestras miradas se posen en ellos.
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