Muestra De París a San José / La colección más antigua de
la Universidad de Costa Rica, inaugurada dentro del marco del setenta y cinco
aniversario de esta casa de enseñanza, el pasado 26 de noviembre 2015, en el
Museo Nacional de Costa Rica. La colección pertenece al Museo de la UCR, y se
presenta luego de ser restaurada en la Escuela de Artes Plásticas, encargada de
custodiar la colección.
De París a San José / La colección más antigua de la Universidad de Costa Rica. Salas del Museo Nacional. Foto cortesía de Eduardo Faith.
El significado de la apreciación artística
En los años noventas del siglo pasado, en una de sus visitas
al país, el historiador y crítico de arte brasileño Frederico Morais, decía que
“nada sustituye a la obra de arte”, respecto a la experiencia de observar reproducciones
en libros, revistas, videos, entre otros medios de documentación. Sin embargo,
muchos de los artistas del país y en general de Latinoamérica, quienes no han
tenido la posibilidad de visitar grandes museos, el aprendizaje emerge de la
experiencia de analizar reproducciones en diapositivas, videos, carteles,
libros, o, como en el caso que nos motiva, en vaciados en yeso de las grandes
obras del arte universal. Bueno, en similar situación se encuentran en esos
países quienes quisieran apreciar el arte de nuestros ancestros originarios
prehispánicos, que a nosotros nos queda tan cercano acá en los museos de la
capital.
Salas del Museo Nacional. Foto cortesía de Eduardo Faith.
En mi experiencia personal que seguí muy de cerca las
pinturas de Michelangelo Caravaggio, ver las originales fue en suma estimulante
y me dediqué a seguirlas en templos y museos en Roma y Nápoles; incluso, en una
visita a la ciudad de Macerata, al ingresar al Museo Marchigiano, mi vista colapsó
desenfrenadamente hasta posarse en uno de sus cuadros de esa colección. Caso
parecido sucedió cuando aprecié la muestra Guggenheim-Venecia donde por primera
vez pude detenerme ante una tela de Marc Rotko, y sentir las vibraciones de esa
espacialidad tan enigmática de su pintura. Lo que pretendo explicar es que estas activaciones tan de naturaleza apasionada, fueron motivadas inicialmente al apreciar dichas pinturas en reproducciones.
Salas del Museo Nacional. Foto cortesía de Eduardo Faith.
Colección de yesos y láminas
La vivencia de la apreciación artística, aunque no estaría
del todo completa sin esos insumos, nos es posible a los costarricenses en muy
distintas maneras, como es el caso de los vaciados en yeso de las grandes obras
maestras de la escultura en mármol o en bronces provenientes de los museos de
las principales capitales europeas, y que se exhiben durante estos meses en la
muestra “De París a San José, la colección más antigua de la Universidad de
Costa Rica” en el Museo Nacional de Costa Rica.
Salas del Museo Nacional. Foto cortesía de Eduardo Faith.
La muestra -muy bien estudiada desde el
diseño museográfico y rigores curatoriales-, me activó a engullir por la espira de
la memoria y de repente me trasladé a las salas del Museo Louvre a presenciar el
“Apolo”, o la “Venus de Milo”. Reviví una de mis andanzas por Museos Vaticano
en Roma, cuando vivencié detenerme frente a la enorme efigie del emperador romano
Adriano, con su mirada puesta en la efusiva memoria de viajes con Antinoo y
Marco, y sus conquistas y pensamientos de estadista que hoy me empujan una vez
más a evocar aquella frase tan citada
por mi del “catador de la belleza”, y que de manera excelsa reescribió la célebre
Margherite Yourcenar.
Salas del Museo Nacional. Foto cortesía de Eduardo Faith.
Insumos académicos
Esos yesos que custodia la Escuela de Artes Plásticas de la
UCR, por años dispuestos en corredores y aulas, junto con una preciada
colección de reproducciones de dibujos, sirvieron de insumo al aprendizaje del
arte; en esos años empolvados, sucios, rotos, resquebrajados, pero que fueron
restaurados por un grupo de docentes y estudiantes de esa casa de enseñanza,
entre ellos se cita al grabador Salomón Chaves y al escultor Herbert Zamora.
Salas del Museo Nacional. Foto cortesía de Eduardo Faith.
En
la exhibición del Museo Nacional hoy se exhiben blanquísimos, irradiando una
cercana belleza de los mármoles y bronces originales que nos hablan de las
glorias griegas y romanas, sus cánones de proporción, encaje y estructuras
subyacentes que agregan la estética, otro fundamento a aprender, y que esta
colección traída al país en los albores del siglo XX, cumple el objetivo de fundamentar
el aprendizaje del arte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario