viernes, 27 de septiembre de 2019

INGESTA La comida en el arte contemporáneo

Mientras esperaba la apertura de INGESTA, en Teorética, curada por Adán Vallecillo y veinte artistas centroamericanos, con un conversatorio en Lado V, me senté en la entrada a recordar experiencias personales donde la comida era significativa, quizás por tener de frente el título de la muestra, y la propuesta de la artista salvadoreña Abigail Reyes, que anuncia: “Aquí No hay dieta mamita”, de la serie Poesía Popular, 2018, adosada a fachada.

Cartel de la muestra INGESTA, en TEORéTica, 
creado por José Alberto Hernández, 2019.
Foto Cortesía de TEORéTica.

Prologo de una narrativa sin epílogo
Recordé -en los minutos que estuve sentado-, estar en la ciudad de Verona en la “Pasquetta” de 1985 (para los italianos el lunes después de Semana Santa se traduce como “pasquita”, pero es más feriado que los demás días; restaurantes y servicios  permanecen cerrados, pues se reúnen en familia a celebrar una cena muy especial). Ahí aprendí el valor y significado de comer para una cultura avanzada en tradiciones gastronómicas, y el simbolismo de sentarse a la mesa, celebración que proviene desde los romanos. Cada posición posee un significado y conlleva una conducta específica en un sistema de comportamientos y distancias que podríamos denominar “prosémica”, o lenguajes no verbales: platos, cubiertos, alimentos e ingesta, son una memoria arraigada a la cultura y a lo ceremonial. 

Al terminar la cena, subí a un tren el cual atravesaba la bota itálica en sentido longitudinal; mi estación de llegada era Pesaro, costa adriática, conexión para otro tren que salía dos horas y media después hacia Urbino. Me encontré solo al llegar esa madrugada, sin embargo, bajó otro personaje conocido, que había visto en la Academia de Bellas Artes de Urbino; nuca lo saludé, quizás por prejuicios, pues me parecía un chico sucio, mal oliente, y cuando lo topaba en la ciudad, yo desviaba la mirada para evitarlo. El muchacho se sentó a mi lado, sin romper el hielo del hermetismo, hasta que nos reconocimos uno al otro. Del asqueroso abrigo, sacó un envoltorio en tela donde traía un “prosciutto crudo” (jamón serrano); con dificultad arrancó un trozo, y lo compartió conmigo. Explicó que era sagrado, bendecido por un anciano hermitaño sabio y santo, y para partirlo, no debía utilizar más que sus manos. ¡Qué ritual! ¡Extrañas son las formas para ingerir alimentos!, pensé en aquel amanecer de un lejano abril de mis tiempos de estudiante de arte.

Benvenuto Chavajay Ixtetelá, presentó “Yooq”, 2019. 
Foto cortesía de TEORéTica.

Inició el conversatorio
Participaron Miguel Ángel López, curador y co-director, Sthepanie William, expositora, y Sofía Villena, curadora independiente y artista, además de Adán Vallecillo, artista hondureño y curador invitado para la celebración del 20 Aniversario de TEORéTica. Al iniciar, presentaron una imagen compuesta por distintos grabados de una serie que versó sobre la mesa, y aquel gesto ceremonial que, su autora, Virginia Pérez Ratton, guardaba con recelo. Para ella la comida no solo era nutrir el cuerpo, sino el espíritu. Durante su gestión en el MADC, se realizaban cenas de gala para recaudar fondos, con exigencias y altos rigores del arte culinario, de manera que INGESTA, era otro homenaje a su memoria.

El alimento como insumo cultural, social, e incluso religioso, posee historias que nos marcan. Los pueblos originarios prehispánicos se alimentaban con ingredientes que nos dicen mucho de sus costumbres y tradiciones, así como la importancia que tenían en los entierros para acompañar al muerto, al cruzar hacia el otro lado del río donde reposan las almas, aunando música y objetos del entorno cotidiano. En Mesoamérica, el maíz era central a la dieta alimenticia y costumbres; se recuerda en el Popol Vuh, cuando los gemelos intentaron crear seres humanos con distintos materiales, los hacían pero carecían de alma, fue hasta usar el maíz que la creación alcanzó perfección dentro de su manera cosmogónica y cosmológica.

Raúl Quintanilla Armijo, Mastique la Mística 1996/2019”, 
performance. Foto cortesía de TEORéTica,

Algunas lecturas de lo expuesto
A propósito del maiz, Benvenuto Chavajay Ixtetelá, presentó “Yooq”, 2019. Tortilla de barro bañada en oro. “Apretar con la mano una tortilla de maíz recién hecha para alimentar a las crías -comenta el artista en su estado-, es un gesto que madres y abuelas, tanto indígenas como mestizas, han venido transmitiendo a su descendencia”.   

Sandra Monterroso, expone “Tus tortillas mi amor / Lix cua rahro”, 2005, video performance de una acción en el ámbito familiar, donde la mujer prepara tortillas para su marido. La artista guatemalteca comenta: “Las escenas muestran un estado obsesivo, como a través de los fluidos (la mujer muele el maiz mascándolo y agregando saliva) se construye una metáfora, una posibilidad de encantamiento. Las palabras en Q’ekchi’ son poesía que intentan darle un sentido de imperfección y desequilibrio, en lo cual las relaciones de género se ven impuestas”.


Caroline Lacey y NadiA, “Sin título, de la serie Reina del país 
más violento del mundo”, 2018, Foto cortesía de TEORéTica.

De Beatriz Cortez se mexhibe “Generosity I”, 2019, acero, plástico, y semillas de maíz, frijol, amaranto, quinoa, y sorgo. Comenta que ella imaginaba una especie de cápsula espacial para preservar semillas antiguas y naturales del planeta Tierra, en un lugar que no estuviera al alcance de la industria de las semillas genéticamente modificadas: para ponerlo en órbita. Agrega: “Después de la destrucción del medio y el planeta, cuando lleguen otras eras, existan otros mundos donde pueda reproducirse la vida, en esta o en otras galaxias, esta cápsula preservará lo que fue posible hacerlo en la Tierra gracias a los avances tecnológicos, conocimientos, espiritualidad y valentía de los pueblos indígenas de las Américas ante el colonialismo, la explotación del medio, el capitalismo salvaje, la contaminación, y el sobrecalentamiento”.

El fogoso y polifacético artista, investigador y curador nicaragüense Raúl Quintanilla Armijo, expuso un performance titulado “Mastique la Mística 1996/2019”. Cuestiona la decadencia del sandinismo que se aprecia en facetas del cotidiano del vecino país. Con agudeza y sentido de humor crítico, comenta: “En esta ocasión nos invita a engullir galletas en forma de sombreros. La obra abre interrogantes alrededor de la vigencia que puede tener en el presente la asimilación de una ideología que perdió sus ideales originales. El molde de la imagen comestible reproduce la forma del mítico sombrero usado por el revolucionario César Augusto Sandino”.

Stephanie Williams, “La sal de los otros”, 2019. 
Foto cortesía de TEORéTica.

La nacional Stephanie Williams, con la pieza “La sal de los otros”, 2019, nos acerca a su actual elaboración de la idea de resiliencia y desplazamientos. Comenta: “Hago una constante observación de espacios / naturaleza, como punto en común de ser sitios que reúnen historias al parecer desvinculadas por sus distancias temporales, pero que existen como una suerte de sedimento; o bien, como historias estratificadas. 
Reviso las salinas o salares, desde su relación con lo ancestral y la manera de habitar dichos lugares, y una especie de peregrinación hacia los territorios de sal: ésta lo hace como viajera, en algunos territorios (el desierto, por ejemplo), la sal viaja a través del aire y se asienta modificando los terrenos. 
Las cinco fotografías de mi propuesta, remiten a una especie de lenguaje con las manos (kinésica), como signo de historias o relatos posibles (trazos, líneas, huellas, rastros y recorridos), adquiriendo la forma como de una especie de paisajes sobre la piel, donde los cristales de sal y pigmento que acompañan las manos, modifican y vinculan las historias como estratos porosos”.

Christian Salablanca, expone la instalación “Manta del cielo”, 2019, y “Medir el pellejo”, 2019, Comenta: “La materia para las fotografías son desperdicios de carnicería en los que tracé una línea de medición, sin números, a partir del tatuaje. Y, en “Manta del cielo”, utilicé una tela para colador para sacar el agua. Para esta propuesta los coladores filtran grasa, una práctica económica en los estratos populares donde reciclan los aceites de las fritangas, para reutilizarlo”. El sistema es representativo del estómago y su función de convertir en sustancias los alimentos ingeridos.

Naufus Ramírez-Figueroa, “3 fantasmas”, 2014. 
Foto cortesía de TEORéTica.

El video performance presentado por Naufus Ramírez-Figueroa, “3 fantasmas”, 2014, explora la conducta de un personaje que, con toda parsimonia y carácter lúdico, talla con machete unas sandías. Y lo hace sin ninguna tensión exterior, sin dar crédito a lo que pudiera ocurrir en el entorno durante la acción, el se sienta y comienza a sacar la forma a los fantasmas, como los de la noche de Hallowing, provoca a las actuales tensiones del mercado y el marketing convertidos en nuevos filibusteros desplazando nuestras narrativas y costumbres.

Caroline Lacey y NadiA, “Sin título, de la serie Reina del país más violento del mundo”, 2018, aprecian aspectos indígenas de la herencia cultural, como aprender a cocinar platos tradicionales como el tamal de elote, identificándose con la población originaria de El Salvador, quienes sufren discriminación. Comenta: “Han pasado casi 100 años desde la masacre perpetrada por el estado donde murieron cerca de 30,000 indígenas en Izalco. En esa época, ser indio era sinónimo de ser comunista y enemigo del estado”.
En otras de las imágenes disfruta de un combo infantil de $2.99 de “Pollo Campero” en el centro comercial Galerías. En El Salvador, los centros comerciales representan el tipo de espacios públicos seguros, que no existen en el país. Desde ahí, en la pudiente Colonia Escalón, NadiA puede ver el centro de llamadas que atiende a los Estados Unidos donde ella trabajó, antes de sufrir una crisis nerviosa, debido a las prácticas explotación. Los trabajadores de “call centers” ganan entre $2 o $3 la hora, se descuenta de sus salarios, si toman tiempo para ir al baño o beber agua. Mirando hacia su ciudad, NadiA dijo: “las opciones que una tuvo eran las maras, los evangélicos y la “Picsa Hut””.

Christian Salablanca, Medir el pellejo”, 2019. 
Foto cortesía de TEORéTica.

Carlos Fernández, con “Un error del sistema”, 2019, acrílico sobre lienzo, repasa la historia de la agricultura urbana. Comenta: “Nos topamos con que la crisis del movimiento agro-urbano se incrementa durante la segunda guerra mundial. Un dato histórico y bello de este momento fueron las propagandas gráficas del gobierno de Estados Unidos que invitaban a formar parte de los huertos urbanos "Victory Gardens". Se necesitaba producir una gran cantidad de alimentos y la mayor parte de la mano de obra estaba en la guerra, entonces, la estrategia fue movilizar a las mujeres de hogar a agruparse en los huertos para alimentar a una nación entera”.  

Paul Ramírez-Jonas, con Scale Model, 2000, escultura o maqueta funcional del sistema solar, usa el diagrama ubicado en la base de la maqueta, las frutas se pueden organizar para representar cualquier mes del año 1968. Explica Paul: “Cada una de las posibles configuraciones remite a momentos políticos cruciales en donde Estados Unidos tiene un protagonismo particular, algunos de estos eventos son: 4 de abril, asesinato de Martin Luther King Jr; 3 de mayo conocido como el “Lunes Sangriento”, marcó uno de los momentos más violentos para el movimiento estudiantil de París; 6 de junio asesinan a Robert Kennedy; Estados Unidos continúa su guerra contra Vietnam del Norte y el movimiento hippie cobra fuerza; 2 de Octubre, la masacre de Tlatelolco en la Ciudad de México y 21 de diciembre, la nave espacial Apolo 8 es lanzada a la luna”. Para el artista el sol es una vela en una lámpara a prueba de fuego. Las frutas están destinadas a descomponerse. La vela se debe reponer diariamente y se quema durante 6 horas.

La instalación de Sergio Rojas Chaves, Breadhomes, 2018, bollos de pan y madera, parte de la serie Tools for Bird Hospitality, es realizada a partir de pan descartado de panaderías, que se transforma en hogares para aves. Comenta: “Toman en consideración las necesidades de las aves al presentarles la opción de comerse la casa o utilizarla para anidar. El proyecto surge de una investigación en torno a las prácticas y rituales de cuidado de aves silvestres en el día a día, que, sobretodo, se enfocan en la alimentación y refugio”.

Algunas otras propuestas que componen INGESTA, son de Lía Vallejo, Los nutridos, 2019, dibujo en tinta sobre papel. Elyla Sinvergüenza, San Pedro-Carrera de Patos, 2019, registro de performance. Milena García, La cena, 2019, óleo sobre papel. Gabriel Rodríguez, Frijol estomacal, 2019, lápices de color sobre papel. Christian Pérez-Vega, Placeres ordinarios que fácilmente se convierten en dolor I y II, 2019, lápiz sobre papel. Libertad Rojo, Bodegón XXI, I y II, 2019, inyección de tinta sobre papel. Fernando Cortés, Hambre, 2019, registro de performance.

Beatriz Cortez se mexhibe “Generosity I”, 2019. 
Foto cortesía de TEORética

En conclusión
El tema de la comida en el arte posee distintos referentes en el tiempo y espacio, así como aproximaciones técnicas y conceptuales. En el conversatorio introductorio se comentó que, Virginia Pérez-Ratton, realizó a inicios de los noventa, varias muestras con sus grabados producidos en Francia y/o en su taller La Tebaida, en Concepción de Tres Ríos. Se recuerda además los caramelos de Priscilla Monge, en cuyo interior dispuso dientes humanos, provocando asco al lamer el fondo de la golosina. En 2009, Guillermo Vargas-Habacuc, en Via Ventura 6, Milán, Italia, invitó al público a inaugurar su propuesta, que consistía en un video proyectado en las paredes de la sala. En las fotografías de la acción se aprecia al público ingiriendo los bocadillos, pero no se percataban que la gastronomía, era parte de la discordia o jugada del arte. Habacuc comentó: Se recolecto el sudor de personas inmigrantes: un cocinero egipciano, una trabajadora del sexo nigeriana, un constructor marroquí, un albañil rumano, un vendedor ambulante senegalés, y un conserje peruano. Posteriormente, con el sudor, se prepararon varios alimentos, los cuales fueron servidos y consumidos por los asistentes ese día del agasajo. Después, fue proyectado el vídeo de la preparación de los alimentos. (Vargas, G. Habacuc. Documentación del evento 2009).

El tema del comer en el arte contemporáneo, posee dramáticas percepciones, cuando conduce altos índices de obesidad, con consabidas afectaciones a la salud, una de las problemáticas más angustiantes, cuando la publicidad y el marketing impelen a consumir, y se vuelven tácticas de dominación y hegemonía. 

Curador: Adán Vallecillo (Honduras). Artistas participantes: Benvenuto Chavajay Ixtetelá (Guatemala), Fernando Cortés (Honduras), Beatriz Cortez (El Salvador/EEUU), Carlos Fernández (Costa Rica), Milena García (Nicaragua), Sandra Monterroso (Guatemala), Christian Pérez-Vega (Panamá), Raúl Quintanilla (Nicaragua), Caroline Lacey (EEUU) y NadiA (El Salvador), Naufus Ramírez-Figueroa (Guatemala), Paul Ramírez-Jonas (EEUU/Honduras), Abigail Reyes (El Salvador), Gabriel Rodríguez (Guatemala), Sergio Rojas Chaves (Costa Rica), Libertad Rojo (Panamá), Christian Salablanca (Costa Rica), Elyla Sinvergüenza (Nicaragua), Lía Vallejo (Honduras), Stephanie Williams (Costa Rica). Abierta hasta el 15 de Febrero 2020.



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