Hoy en
día en arte es fundamental motivar la actitud para construir, no para destruir, y hacerlo
a partir de los mismos desechos de la industria y el comercio, implican a la
creatividad humana, fundamental para transformar esta cultura. Es misión de los
museos, los educadores y los mismos artistas formar esta actitud, que
cuestionen el cambio de nuestras conductas y prácticas de conservación, pero sobre todo que
fortalezcan nuestro amor hacia la naturaleza.
Grupo de estudiantes del Colegio Científico de la provincia de Limón. Foto LFQ.
Expo
Museos 2017-05-2
Ese fue
el pensamiento que motivó el taller “Construir el Árbol”, dentro del programa
de Expo Museos 2017, realizado con éxito y con mucho público el 18 y 19 de mayo
en la Casa del Cuño, organizado por el Ministerio de Cultura e ICOM para
celebrar el Día Internacional de los Museos. El taller, impartido por las
encargadas del departamento de Educación del Museo de Arte Costarricense, Vivían Solano y Maribel Rodríguez, además de LFQ de Museo del Árbol (museo virtual que
también estuvo presente en la feria). La dinámica motivó a un grupo de estudiantes
del Colegio Científico de Limón a pensar construir un árbol a partir de
desechos, en este caso tubos de cartón, de esos que funcionan para arrollar
papel o telas, además de ligas de hule, papel craft y pinturas con lo cual
generar lo que recubriría la superficie de los tubos y así regenerar un paisaje
de memorias del árbol: hojas, frutos, semillas, flores, lianas, musgos,
epífitas y trepaderas, pero todo hecho con desechos.
Grupo de estudiantes del Colegio Científico de la provincia de Limón. Foto LFQ.
Conceptualizar
la metáfora
La
motivación inicial parte de que cada uno de estos tubos hechos de papel, fue un
árbol, y que abría que buscarle una nueva vida con su reutilización, pues lo
peor que puede ocurrir es que los subproductos industriales vayan a dar directamente
a la basura, lleguen a contaminar más, considerando además que la fabricación
del papel es una de las industrias más agresivas contra el planeta; de manera
de que a partir de esa realidad regeneró la metáfora de “construir”, y a partir
de los símbolos configurar la presencia de esas criaturas que dan vida a los bosques,
las montañas, los campos y las ciudades. Hace unos años entrevisté al destacado
arquitecto costarricense Benjamín García Saxe, y le pregunté cómo resolver la
fealdad de nuestras ciudades actuales, y las estrategias de urbanismo actuales;
su respuesta fue “menos autos y más árboles”.
Taller Construir el Árbol, Expo Museos 2017, Casa del Cuño
El reto
Para
los estudiantes de un colegio científico se les presentaba un importante desafío,
¿cómo llegar a esa representación simbólica tan cercana al arte con tubos de
cartón –que repito: un día fueron árboles-, y una ligas de hule que se estiran
con las cuales fijarías las articulaciones de los ramajes. Esta fue la actitud
problematizadora de reingeniería básica que atañe a una estructura natural con
sus tensiones y soluciones de equilibrio implícitas. Pero sumó además la excelente
actitud con que asumieron estar en el taller por parte de los muchachos, con su
ímpetu juvenil y fogosidad fueron probando hasta llegar a la solución y a
demostrar sus capacidades. Un segundo grupo se dedicó a crear el ropaje del
árbol como dije hojas, semillas, frutos, flores, lianas, bejucos y otros
elementos que complementaban la construcción simbólica. Uno de los profesores
que les acompañó hablaba de “decorar”, cosa que refuté de inmediato pues
construir es hacer crecer una idea con creatividad y el talento propio de todas
las personas, no se trata de adornar. La motivación al cambio de las conductas
sociales en torno a la conservación de la naturaleza no necesita de adornos
sino de ideas que nos cuestionen y cambien nuestras actitudes actuales.
Taller Construir el Árbol, Expo Museos 2017, Casa del Cuño
Estudiantes de una escuela de León Cortés
En un
segundo momento tocó el tiempo para otro grupo de niños de una Escuela del
Cantón León Cortés, que vinieron de aquellos parajes montañosos y cafetaleros a
un espacio de fuerte intensión creativa como son los museos, a llevarse un
nuevo aprendizaje en este caso de cómo construir una criatura –abundantes en su
propio paisaje-, pero obteniéndolo con riqueza de emociones, texturas, corte y
pegue pero de intención creativa, no el corte y pegue en las búsquedas de
internet que se realizan y que son tan nocivas como no hacer nada.
Lo realmente importante del taller quizás no está en los frutos,
sino en el proceso y lo que cada estudiante derivó,
lo que aprendió o le permitió cuestionarse
de nuestras actitudes hacia la Madre Tierra.
Qué nos
queda de esta experiencia
Refiere
a la función del museo de mediar en el aprendizaje y acercamiento a la cultura
a través del pensamiento crítico y la búsqueda por evitar el impacto al planeta
de los subproductos de la industria y el mercado, exaltando la figura del árbol
que tiene la función de renovar los procesos atmósféricos, y que cada mañana
tengamos aire renovado, una criatura que fija los nocivos elementos como el
nitrógeno que éste a través de las raíces fija a la tierra, y esas moléculas de
oxígeno renovado suben a la atmósfera conformando las nubes para que tengamos
agua, y aminorar el impacto del efecto invernadero; además de que forman el
paisaje, motivan nuestra espiritualidad y emocionalidad, nos dan frutos,
flores, alimentos, madera, calor, y sobre todo amor el cual hacemos nuestro en
la medida de darle un abrazo a los árboles que tengamos cerca y decirle que
todos sin igual, en tanto criaturas de lo creado, compartimos vida.
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