Sombrío título para otra muestra del inquieto grafista Eugenio Murillo, quien exhibirá en el Museo Histórico Cultural Juan Santamaría de la ciudad de Alajuela, del 17 de Octubre 2015 al 8 de Enero 2016. Murillo obtuvo su maestría en la Escuela Superior de Diseño de Offenbach, Alemania, y durante toda su carrera fungió como docente de la especialidad de diseño en la Escuela de Artes Plásticas de la Universidad de Costa Rica. Ha recibido en distintas ocasiones el Premio Nacional Aquileo Echeverría y otras importantes distinciones que premian su creatividad y capacidad de innovación en sus lenguajes.
Eugenio Murillo, "Donde estás?", 2015
Eugenio Murillo, "Fardos", 2015
“Soledades Urbanas” es otra de sus visiones acerca de las
transformaciones y problemáticas sociales y culturales que traen la modernidad
a la vida urbana; entre otras recuerda su reciente muestra “Reinas de la noche: Luto de asfalto” 2011, en Sala 1.1 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo.
Eugenio Murillo "Marionetas sin ventrílocuo" 2015
Eugenio Murillo "Mudos ventanales" 2015
Murillo es un comentarista de esas vicisitudes que desvelan profundamente
al habitante, con sus preocupaciones, frustraciones y añoranzas, cuando de
pronto ve elevarse ante sí un paisaje urbano poblado de arquitectura
globalizada, rótulos con marcas comerciales mundiales, una guerra de medios, y donde
todas las ciudades se parecen entre sí pero desaparecieron aquellos registros
de la memoria de un tiempo, tanto como el árbol, la poesía del lugar o la
canción de la barriada.
Eugenio Murillo. "Penélope se ha marchado" 2015.
Sus creaciones observan un trazo robusto, consistente, que
define espacios y sensaciones cromáticas transparentes como lo es el esgrafiado
acolochado con los trata, donde rotan volúmenes de arquitecturas que se
suscitan como en sueño en cuyo despertar todo cambió. No deja de criticar la
situación edilicia cuyas formas y soluciones son una factura globalizadora a la
cual apuestan los arquitectos y diseñadores de lo urbano, para parecerse todas
las ciudades entre sí: ya no habrá “Tora”, “Dora”, ni “Cloe” o “Dorotea”, esa
ciudad flotante en la conciencia de quien la habita será una sola, así no
tendremos que ir a Miami, México, Estambul, Brujas, o Brasilia, pues todas se
parecerán.
Eugenio Murillo. "Pensamientos a la deriva" 2015.
Eugenio Murillo. "Plegarias de asfalto" 2015.
Eugenio Murillo. "Plomadas" 2015.
Es tremenda la visión de Murillo en la pieza “Plomadas” 2015,
cuando de las torres de las grúas ya no pende las vigas de acero o el grisáceo
concreto sino los cuerpos desollados de los habitantes. O cuando en
“Pensamientos a la deriva” 2015 de los postes del alumbrado público cuelgan las
cabezas de la vecina del barrio que la recorría todas las mañanas saludando a
los demás, o la cabeza quizás del pulpero, de la señora que reparaba piezas del
vestido, o del cartero repartiendo una correspondencia que ya no existe, se
desmaterializó como el sujeto del arte de nuestros días en tanto hoy corre por
las redes abrigando más esa ponzoña de la deshumanización. En “Plegarias de
asfalto” la superficie de rodaje de las vías ya no son de asfalto ni de
concreto, como adoquines, los cuerpos tirados lanzan una plegaria colectiva
sorda, sin sonido, sin alma. En “Sueños” las cabezas flotan en la atmósfera de
la ultrasoledad, quizás tan solo así se podrá dar la proximidad al otro, “sueño
mojado”, imposible ante las tácticas de un poder desconocido que inhibe todo
contacto humano. Ya no es el ojo que todo lo ve del “Señor de los Anillos”, o la
absoluta conciencia del Big Brother en 1984 de George Orwell. En “Fardos” los
cuerpos penden de la ventana mostrando sus traseros si es que son cuerpos sino
pueriles fantoches que juegan a las escondidas en el inmundo vivir de esa urbe
desesperanzadora.
Eugenio Murillo. "Solilóqios" 2015.
Eugenio Murillo. "Sueños" 2015.
El lenguaje no cambia, los rostros de los personajes, la
densidad del paisaje urbano que rota como subido en la gran rueda de la
fortuna, las tácticas del eterno poder, mutan, pero las palabras pobladas de
esa jerga presagiante está presente desde hace rato en el trabajo de Eugenio
Murillo; sus ecos vuelven a insinuar el retorno de la visión y la mirada guiña
para no apagarse para siempre en las insondables arenas movedizas del desasosiego.
Excelente comentario. Muy atinado!!!
ResponderEliminarExelente comentario, felicidades Fernando Quiros. y excelente muestra gráfica, felicidades Eugenio, en hora buena amigos.
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