Para la jornada de Art City Tour, DES/PACIO inauguró la
muestra “$400” de Diego Arias Asch (1988), estará abierta del 16 de Septiembre al 16 de Octubre, 2015.
Se trata de un joven artista del video, se recuerdan “La
máquina de esmegma” expuesto en
TERMINAL a inicios de año, los dibujos sobre el tema de lo grotesco presentes en
la exhibición “Teramorfosis” en Teorética; hoy demuestra el dominio de otra
faceta de la visualidad contemporánea: la pintura y escultura.
Pinturas de Diego Arias Asch en DES/PACIO 2015.
Visión escatológica
La propuesta de Diego Arias en DES/PACIO intensifica las
interrogantes acerca de las manifestaciones del arte joven en la actualidad,
cada una regenera su propia dosis de contingencias por el tratamiento del signo,
el de la incertidumbre, el de lo desconocido, pero asumidas de manera seria y
consistente. Intriga a descifrar esas expresiones en los rostros, con sus
silencios, ¡que los hay!, aunque parezca contradictorio también están cargados
de vitalidad y esperanza. Se observan en la trama compositiva ataviada por la mancha,
la textura, el manejo del color y un trazo (des)esperado, al buscar inquirir
significados, o sea, nos devuelven las preguntas.
Lo pintado por Arias Asch son seres expectantes del lugar
donde ocurrirá un evento inusual pero que marcará el destino -como la vida
actual donde todos nos movemos previendo las vicisitudes de una urbanidad que
alcanza la máxima tensión-, puede que se deshagan y desaparezcan, puede que
perpetúen en esas acciones reinterpretadas en los cuadros y muros de la sala, y
en esas esculturas cuyos sujetos contornean retándose mutuamente en el existir
del gran teatro de la vida, esperando el final de los tiempos.
Pinturas de Diego Arias Asch en DES/PACIO 2015.
Referentes de su pintura
Se interesa por la figuración y un fondo conceptual
manifiesto en el conjunto de esos retratos de seres mucilaginosos que reptan en
un espacio neutro, como el lenguaje admitido que invita a conducirnos hacia su
territorialidad, activado por la sensorialidad de los pigmentos y materiales
utilizados al lograr esa gestualidad traviesa, fogosa, inesperada, como el
humor o el enfado…, nunca se sabe la dimensión del signo de lo incierto.
Cautivan a evocar la pintura de los informalistas franceses como Jean Fautrier
y Jean Dubuffet con aquella carga de emocionalidad y/o desafecto que tanto
activan al arte desde la mitad del siglo XX y este tracto del actual.
Esculturas de Diego Arias Asch en DES/PACIO 2015.
Valor económico
Hay algo en la “verbalidad” o modos de comunicarse del arte
joven que me gusta comentar pero a la vez instiga –como diría Mitscherlich en
la sociología del siglo pasado: “instiga a la discordia”-, quizás en su (des)enfado
acrecienta un aguijón acechante, un modo de decir las cosas, clave de
pertenencia para enlistarse dentro de sus adeptos quienes atendemos sus
discursos o contemplamos el existencialismo que carga su práctica creativa. En particular,
el título “$400” no ancla con lo expuesto excepto con el posible valor de cambio
por cada una de esas piezas, resignifican los juegos de poder intrincados por el
mercado del arte que tanto desvelo provoca en tanto vivimos agudos tiempos de
crisis. Pero esos valores económicos no tienen por qué ser una constante en el
pensamiento del artista en la actualidad, a quien solo le mueve las exigencias
de dicha práctica artística contemporánea, y la posibilidad de despertar
interés para que su trabajo circule, alcance visibilidad, provoque comentarios,
pues de otra manera no sentiríamos que su obra exista.
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