Cual economista y conocedor de los intrincados laberintos financieros
y de los flujos de la economía, Jason Mena exhibe “Coste de Oportunidad” en la
Sala 1.1 del Museo de Arte y Diseño Contemporáneo, del 30 de Julio al 27 de
agosto 2015, curada por María José Chavarría.
Tanto el montaje como lo expuesto: gráficas, poesías,
instalaciones, o como el muro empapelado con páginas de un diario internacional
pintado de negro, y por ello no se lee pero su contenido está inmerso en la
penumbra, suman a una concepción minimalista del espacio expositivo, para un
contenido de cifras y valores que se mueven hoy en los monitores de las
computadoras y las redes, cohesionado el trabajo del comercio, empresarios y/o
usuarios de un dinero que a veces pareciera ser un cuerpo vacío, ser una
palabra sin contenido, sin peso, un espejismo pues tarda en llegar a nuestros
bolsillos que vuela, desaparece.
En esa ligereza o liviandad que pareciera levitar -se
advierte en el diseño museográfico de la muestra-, existe nitidez, precisión,
se trata de un lenguaje cifrado que no nos pertenece en tanto solo es
patrimonio de los poderosos, de sus arcas, pero con el cual no podemos negarnos
a jugar, pues cada uno está implicado en esos numerales y lenguaje, hoy tratado
por este artista de origen portoriqueño.
Jason Mena. The Confusion of Tongues, 2010-2014
Al centro de la sala se colocó una pieza formada por muchas
monedas que circulan o que dejaron de circular en varios países del continente,
están dispuestas en orden de tamaño, por lo que sugieren la pirámide y su poder
simbólico, como esas graficaciones del lenguaje de la economía mundial que
demuestra crecimiento o caída: The Confusion of Tongues” 2014. No pasa
inadvertida por los matices y brillos del dinero sólido, que ya casi no existe
delante de los procesos de devaluación de las monedas nacionales y el boom del
dinero plástico, o por la pérdida adquisitiva que latente, amenaza, pues solo
beneficia o acrecienta a tales arcas hegemónicas y directrices dictadas por los
centros financieros en Nueva York, o el Banco Mundial en
Europa.
Es una de esas muestras que emociona observar pues clava en
la conciencia un aguijón adherido a la memoria, en las verbalizaciones o
discursos especializados que no comprendemos pero atraen, en apariencia de nada
nos sirven pero incomodan, o por el contrario activan a trabajar más para tener
más, o al menos intentar aparecer en esos encadenamientos poéticos tratados con
gracia por parte de Mena, parangón de aquellos otros listados del mundo
financiero y mercantil que hoy en día tienen tan de cabeza al mundo.
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