jueves, 13 de diciembre de 2018

Chimbombazo: Actos de reparación

El espacio C.R.A.C.Art, en barrio Aranjuéz, San José, auspició un singular evento organizado por el Centro Cultural de España en Costa Rica, frutos del programa “Residencia de Artistas en Tránsito”, que durante estas semanas removió la adormecida cultura tica, con el grupo conformado por Federico Alvarado, Fredman Barahona, Paulette Franceríes, Ricardo Huezo, Alessadro Valerio y Darling López.

Chimbombazo: Actos de reparación. C.R.A.C. Art. Fotos cortesía de SAL VAYÁ.


Chimbombas amarillas
En torno a un símbolo hecho de globos inflados (Chimbombas, en la jerga nicaragüense), acolochados, a punto de soltarse, con antelación –tal y como actúan los signos en la comunicación-, nos puso en aviso de que ahí sucedería un algo más que apreciar el trabajo del grupo, reunido para la investigación y manifestación de los lenguajes del arte contemporáneo. Ése -el referido árbol de la vida que el colectivo ensambló en forma de árbol-, es un símbolo más de aquellos terribles mamarrachos que la vicepredidente de Nicaragua Rosario Murrillo, colocó por toda Managua, como si con se rito propiciatorio paliara los males que aqueja a nuestra vecina república, y que con los primeros actos de protesta de los auto convocados, en abril 2018, fueron depuestos, demostrando el odio que el pueblo nica resiente, a la cúpula dictatorial que los gobierna.

Chimbombazo: Actos de reparación. C.R.A.C. Art. Fotos cortesía de SAL VAYÁ.

Y eso es precisamente lo que me encanta del arte de los jóvenes emergentes, en ese caso de artistas que han crecido en torno a Espira Espora,y la acción de Patricia Belli. Cuando uno entra a la sala, es incapaz de saborear siquiera algo de la sopa del arte que ahí se cocina, pero en la medida de confrontarse a cada pieza expuesta, fluyen los aromas de los ingredientes y empieza a ceder la interrogante., la sustancia.

Chimbombazo: Actos de reparación. C.R.A.C. Art. Fotos cortesía de SAL VAYÁ.

De entrada, un corte transversal de tronco -al cual se trazó la temible silueta de los árboles de la Rosario, volcada-, me brinda un hilo que debí tejer en la medida de situarme en la propuesta, como una brecha desde la cual advertir la escaramuza del arte. En frente a la “chuleta” del tronco, dos pinturas de pequeño formato -y que no doy nombres pues, al parecer, la firma es del conjunto de residentes a esa resistencia pacífica al conflicto ante las prácticas de poder. La primera erige la memoria de Sandino alardeado por trazos pastosos y color, como pasando por el crisol de la creatividad la insigne memoria del caudillo; y la otra, vuelve a acentuar la presencia de los hierros tirados por la sublevación pacífica de los estudiantes universitarios, las madres, los intelectuales y el pueblo que demuestra rechazo ante la patraña de los Ortega-Murillo.

Chimbombazo: Actos de reparación. C.R.A.C. Art. Fotos cortesía de SAL VAYÁ.

Memoria de gestas heroicas
La muestra se compone además de varios videos, videoperformances, pinturas, dibujos, y registros o archivo constituido por fotos, aparataje tecnológico donde corren esas mismas evocaciones a las gestas actuales que nos empujan a reflexionar no solo en el presente conflicto, sinotambién en el pasado del istmo, temple de la conciencia delante de las tensiones hegemónicas y del filibusterismo moderno que pretende administrar las vidas de la población, resueltas a su manera, acto que nos recuerda el “Destino Manifiesto”, de Walker, por lo cual guerrearon los antepasados para evitar la esclavitud de potencias, que hoy en día, nos llegan con otros ardides, y nuevos mecanismos de poder.

Pero el suspenso de lo esperado hervía la conciencia de los asistentes a la sala, lo prometido era “CHIMBOMBAZO”, un performance, que en mi caso pensé que serían liberados los globos, como en una de las pinturas expuestas, para que surcaran los aires y frías ventiscas de este diciembre; pero nos fue repartido un alfiler y ahí fraguó el entendimiento, todos seríamos parte del remover los símbolos por los cuales aún se protesta. De pronto los espectadores se lanzaron con odio hacia el árbol de globos para pincharlos, estallarlos, engalillando el grito de “Chim-Bom-Bazo”.

Chimbombazo: Actos de reparación. C.R.A.C. Art. Fotos cortesía de SAL VAYÁ.

Urdimbre de una historia que se repite
Intentando enlazar el significado, y sobre todo la moraleja que se deduce de esos “Actos de reparación”, es que el pueblo nicaragüense, representado por el arte de sus jóvenes artistas, está herido. Pero he aquí lo que dedusco, y que me parece pernicioso de que permanesca en la conciencia de la juventud: que en el fondo prevalesca un odio, no por el metal con que construyeron esos símbolos, sino por la madera, por el árbol, que cada día es devastado para comerciar el divino fruto de la tierra. Sobre todo y cuando se critica a nuestro hemano país de talar sus bosques naturales, para comerciar indiscriminadamente. Trasciende que los artesanos nacionales, que elaboran sus productos con ese preciado recurso material, van a Nicaragua a comprar la materia prima, pues acá en el país se tiene rigurosas prohibiciones a la deforestación, e incluso, son inventarios por EPS para controlar cualquier intento de explotación. Lo que me preocupa es que nuestros vecinos del norte se ensañen aún más ante esos signos feacientes de la testarudez de sus gobernantes, y en vez de sembrar árboles, destruyan el remamente.

Chimbombazo: Actos de reparación. C.R.A.C. Art. Fotos cortesía de SAL VAYÁ.

Aquí aparece de nuevo la manifestación del arte político, cuando su mensaje es incómodo hacia ambos lados del borde fronterizo, donde se gestan problemáticas como el poligallerismo en Crucitas, empujado por la fiebre del oro, o los accesos de la rebelde policía sandinista a las fronteras nacionales, en tanto que aquella cúpula de matones anunció una táctica más de penetración disfrazada de preservación ecológica. Cada vez más a esos conflictos los abastece estrategias como las del otrora filibustero, gestando batallas en Santa Rosa y Rivas, con la Campaña Nacional yel heroico enfrentamiento de San Jacinto, un 14 de setiembre de 1856, cuando los patriotas nicas terminaron de clavar la estocada a Walker, finalmente fusilado al pisar Honduras.

La artista disidente Tania Bruguera, en 2015 publicó en el Huffington Post, un texto el cual replicó el blog colombiano “Esfera Pública”, el cual amarra este concepto que tanto nos interesa en la actualidad: “El arte político es incómodo, jurídicamente incómodo, cívicamente incómodo, humanamente incómodo. Nos afecta. El arte político es conocimiento incómodo”.

Chimbombazo: Actos de reparación. C.R.A.C. Art. Fotos cortesía de SAL VAYÁ.

El lenguaje y discursos de punta que nos requieren mayor atención al acto de la mirada crítica, no se trata de llegar a la muestra a ver que nos cuentan, esa narrativa se (de)construye en el mismo sistema de expresión que llamamos arte contemporáneo, es una refriega más de la cual debemos salir siempre airosos. Para cerrar con este pensamiento puesto en la muestra del espacio C.R.A.C. Art, cito una hoja suelta que repartían en la entrada:

“La liberación de globos (chimbombas) azules y blancos, el coloreado de adoquines y barricadas, la suspensión de zapatillas en el cableado eléctrico… pertenecen al repertorio de actos furtivos que evitan exponer el cuerpo de los manifestantes y levanta la moral popular, no por sus formas alegres, sino porque materializan modos creativos de seguir resistiendo”.

Chimbombazo: Actos de reparación. C.R.A.C. Art. Fotos cortesía de SAL VAYÁ.

También me emocionaron las frases de Paulette Franceríes: Qué se rinda tu madre.., y Es cuando unas hormigas te hacen quedar en ridículo…, del inquieto Darling López, en un performance actuado en Los Ángeles, como para punzar con el alfiler de la eterna discordia o “chimbombazo” a las nocivas nociones de poder.


Chimbombazo: Actos de reparación. C.R.A.C. Art. Fotos cortesía de SAL VAYÁ.

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