sábado, 20 de mayo de 2017

Construir el Árbol

Hoy en día en arte es fundamental motivar la actitud para construir, no para destruir, y hacerlo a partir de los mismos desechos de la industria y el comercio, implican a la creatividad humana, fundamental para transformar esta cultura. Es misión de los museos, los educadores y los mismos artistas formar esta actitud, que cuestionen el cambio de nuestras conductas y prácticas de conservación, pero sobre todo que fortalezcan nuestro amor hacia la naturaleza.

Grupo de estudiantes del Colegio Científico de la provincia de Limón. Foto LFQ.


Expo Museos 2017-05-2
Ese fue el pensamiento que motivó el taller “Construir el Árbol”, dentro del programa de Expo Museos 2017, realizado con éxito y con mucho público el 18 y 19 de mayo en la Casa del Cuño, organizado por el Ministerio de Cultura e ICOM para celebrar el Día Internacional de los Museos. El taller, impartido por las encargadas del departamento de Educación del Museo de Arte Costarricense, Vivían Solano y Maribel Rodríguez, además de LFQ de Museo del Árbol (museo virtual que también estuvo presente en la feria). La dinámica motivó a un grupo de estudiantes del Colegio Científico de Limón a pensar construir un árbol a partir de desechos, en este caso tubos de cartón, de esos que funcionan para arrollar papel o telas, además de ligas de hule, papel craft y pinturas con lo cual generar lo que recubriría la superficie de los tubos y así regenerar un paisaje de memorias del árbol: hojas, frutos, semillas, flores, lianas, musgos, epífitas y trepaderas, pero todo hecho con desechos.

Grupo de estudiantes del Colegio Científico de la provincia de Limón. Foto LFQ.


Conceptualizar la metáfora
La motivación inicial parte de que cada uno de estos tubos hechos de papel, fue un árbol, y que abría que buscarle una nueva vida con su reutilización, pues lo peor que puede ocurrir es que los subproductos industriales vayan a dar directamente a la basura, lleguen a contaminar más, considerando además que la fabricación del papel es una de las industrias más agresivas contra el planeta; de manera de que a partir de esa realidad regeneró la metáfora de “construir”, y a partir de los símbolos configurar la presencia de esas criaturas que dan vida a los bosques, las montañas, los campos y las ciudades. Hace unos años entrevisté al destacado arquitecto costarricense Benjamín García Saxe, y le pregunté cómo resolver la fealdad de nuestras ciudades actuales, y las estrategias de urbanismo actuales; su respuesta fue “menos autos y más árboles”.


Taller Construir el Árbol, Expo Museos 2017, Casa del Cuño

El reto
Para los estudiantes de un colegio científico se les presentaba un importante desafío, ¿cómo llegar a esa representación simbólica tan cercana al arte con tubos de cartón –que repito: un día fueron árboles-, y una ligas de hule que se estiran con las cuales fijarías las articulaciones de los ramajes. Esta fue la actitud problematizadora de reingeniería básica que atañe a una estructura natural con sus tensiones y soluciones de equilibrio implícitas. Pero sumó además la excelente actitud con que asumieron estar en el taller por parte de los muchachos, con su ímpetu juvenil y fogosidad fueron probando hasta llegar a la solución y a demostrar sus capacidades. Un segundo grupo se dedicó a crear el ropaje del árbol como dije hojas, semillas, frutos, flores, lianas, bejucos y otros elementos que complementaban la construcción simbólica. Uno de los profesores que les acompañó hablaba de “decorar”, cosa que refuté de inmediato pues construir es hacer crecer una idea con creatividad y el talento propio de todas las personas, no se trata de adornar. La motivación al cambio de las conductas sociales en torno a la conservación de la naturaleza no necesita de adornos sino de ideas que nos cuestionen y cambien nuestras actitudes actuales.

Taller Construir el Árbol, Expo Museos 2017, Casa del Cuño

Estudiantes de una escuela de León Cortés


En un segundo momento tocó el tiempo para otro grupo de niños de una Escuela del Cantón León Cortés, que vinieron de aquellos parajes montañosos y cafetaleros a un espacio de fuerte intensión creativa como son los museos, a llevarse un nuevo aprendizaje en este caso de cómo construir una criatura –abundantes en su propio paisaje-, pero obteniéndolo con riqueza de emociones, texturas, corte y pegue pero de intención creativa, no el corte y pegue en las búsquedas de internet que se realizan y que son tan nocivas como no hacer nada.


Lo realmente importante del taller quizás no está en los frutos, 
sino en el proceso y lo que cada estudiante derivó, 
lo que aprendió o le permitió cuestionarse 
de nuestras actitudes hacia la Madre Tierra.

Qué nos queda de esta experiencia

Refiere a la función del museo de mediar en el aprendizaje y acercamiento a la cultura a través del pensamiento crítico y la búsqueda por evitar el impacto al planeta de los subproductos de la industria y el mercado, exaltando la figura del árbol que tiene la función de renovar los procesos atmósféricos, y que cada mañana tengamos aire renovado, una criatura que fija los nocivos elementos como el nitrógeno que éste a través de las raíces fija a la tierra, y esas moléculas de oxígeno renovado suben a la atmósfera conformando las nubes para que tengamos agua, y aminorar el impacto del efecto invernadero; además de que forman el paisaje, motivan nuestra espiritualidad y emocionalidad, nos dan frutos, flores, alimentos, madera, calor, y sobre todo amor el cual hacemos nuestro en la medida de darle un abrazo a los árboles que tengamos cerca y decirle que todos sin igual, en tanto criaturas de lo creado, compartimos vida.

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